Elegir una tapa no es solo una decisión estética o de tamaño. Detrás de cada rosca, gotero, cintillo o sistema de seguridad hay una lógica técnica que responde al tipo de producto, su viscosidad, su uso final y su entorno de comercialización.
Desde la industria alimenticia hasta la farmacéutica, el
tipo de tapa puede:
- Asegurar
la hermeticidad para evitar fugas o contaminación.
- Facilitar
la dosificación en productos líquidos o densos.
- Brindar
seguridad (como las tapas childproof).
- Adaptarse
al tipo de envase, ya sea PET, PEAD u otro material.
Cuando un cliente llega con un producto nuevo, nuestro
trabajo es entender qué necesita y cómo va a usarse. Solo así podemos sugerir
la tapa correcta para asegurar funcionalidad, protección y una buena
experiencia para el usuario final.
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